Pionera hace casi 100 años


El 06 de junio de 2018, el nuevo presidente del Gobierno en aquel entonces, Pedro Sánchez, anunciaba que por primera vez en la Historia de la Democracia en España iba a constituirse un Gabinete formado por más ministras que ministros. Un hito demasiado tardío en la Historia política de nuestro país, caracterizada por el peso hegemónico de los hombres en los hechos más trascendentales y por la realidad de que nunca ha habido una Jefa de Gobierno (si exceptuamos, con sus matices correspondientes, las figuras de Isabel la Católica e Isabel II). En esta ocasión he querido sumergirme en los orígenes de la entrada de la mujer en los Gabinetes Ejecutivos en España. He querido rescatar la figura de  Federica Montseny, la primera mujer que logró ocupar un cargo ministerial en la Historia de España.

Federica Montseny i Mañé nació el 12 de febrero de 1905 en Madrid, en el seno de una familia cuyos padres eran editores de una publicación de ideología anarquista titulada La Revista Blanca. Al igual que estos escribió asiduamente en La Revista Blanca, entre su reaparición en junio de 1923 y su desaparición en julio de 1936, y en La Novela Ideal y Voluntad, las colecciones iniciadas en 1925 y 1927, respectivamente. Durante la dictadura de Primo de Rivera, publicó La VictoriaEl Hijo de Clara (Segunda parte de La Victoria) y La Indomable, tres novelas dedicadas al tema de la emancipación femenina y a la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, una temática a la que fue asidua en los artículos de los años 1923-1929. En 1931 se afilió al Sindicato Único de Profesiones Liberales de Barcelona y, también, a la redacción de Solidaridad Obrera, el periódico portavoz de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). En el verano de 1936, se incorporó al Comité Regional de la CNT catalana y al Comité Peninsular de la Federación Anarquista Ibérica (FAI). Es en ese mismo año, una vez empezó la Guerra Civil, cuando ocupó la cartera de Sanidad y Asistencia Social en el segundo Gobierno Largo Caballero. Durante su gestión trató de implantar un organigrama ministerial de inspiración sindical, una política sanitaria preventiva y, por último, una ley de interrupción voluntaria del embarazo. Además, impulsó proyectos pioneros como la creación de los primeros centros de planificación familiar como los conocemos hoy en día (consultorios sobre maternidad, métodos anticonceptivos, etc. en un clima de gran desconocimiento) y guarderías públicas para mujeres trabajadoras y centros de cuidado de embarazadas. Abandonó el Ministerio tras caer el Gobierno Largo Caballero y ser apartada la CNT-FAI del Gobierno de la República. Al final de la Guerra Civil cruza la frontera francesa y se instala en París, donde trabajó, primero, para la Junta de Ayuda a los Refugiados Españoles (JARE) y, en 1940, para el Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (SERE). Fue directora de CNT en 1959 y en 1960, se responsabilizó de Espoir, el órgano de la CNT francesa y española. En julio del mismo año 1977, casi dos años después de la muerte del general Franco, participó en el primer mitin cenetista celebrado en Barcelona después del final de la Guerra Civil. Murió el 14 de enero de 1993 en la ciudad francesa de Toulouse.



Federica Montseny representa el prólogo de la defensa de los problemas que siempre han afectado a las mujeres desde las instituciones públicas. Cuestiones que siempre habían sido silenciadas por parte de unos gabinetes compuestos exclusivamente por hombres, los cuales no habían sido capaces de elevar a la opinión pública los problemas que suponen para muchas madres solteras el cuidado de los hijos, la interrupción voluntaria del embarazo o la planificación familiar. Esta figura de la mujer en la Historia, relegada al papel de cuidadora de los hijos (en familias por lo general numerosas), es una de las grandes causas que ha lastrada su progreso laboral e intelectual a lo largo de los años. Es por ello que, aunque no pudo impulsar de forma completa los proyectos que tuvo en mente, cobra importancia la figura de Federica Montseny. Más teniendo en cuenta que hasta finales del siglo XX y tras la muerte de Franco no se volvieron a poner en el tablero de la Opinión Pública temas como el aborto o los métodos anticonceptivos.

El ejemplo de Federica Montseny nos enseña el gran atraso que tanto en la Historia como en la actualidad estamos viviendo en materia de Igualdad entre mujeres y hombres. Hasta los años 30 del siglo XX no hemos podido ver en España una mujer en un gabinete de Gobierno y hasta ahora, no hemos podido disfrutar de una mujer presidente del Gobierno. Un hecho sumamente anacrónico si tenemos en cuenta que el liberalismo en España se inició en 1812. Hechos estos que se reflejan en la deficiente legislación que aborde los problemas que siempre han afectado a las mujeres.


Fuentes consultadas:

Academia de la Historia

Cadena Ser

ethic.es

La Moncloa


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